¡viva el primero de mayo! | la verdad
- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:
Quizás sean tiempos de incertidumbre. De no saber, exactamente, dónde está cada cosa y de qué color es. Quizás todavía no tengamos claro ni podamos ... imaginar qué lugar ocupa cada cual en
nuestro triste mosaico de realidad inimaginada. Hoy los vientos circulan en todas direcciones. A unos les traen los aromas de los jazmines. A otros los hedores de los desagües. Y entre
medias de esos dos extremos una gran mayoría resbala por los hielos de lo imprevisible. Y todavía... no sabemos qué dirección tomar. «Primero se llevaron a los comunistas, pero a mí no me
importó porque yo no era...» Entre tanto vemos llegar a nuestros compañeros hacia donde estamos. Llegan desde todos los sitios y desde todas las circunstancias. Animados para hacer la
caminata juntos. Cerca el uno del otro: un día de fiesta para llegar todos a la vez a un mismo lugar. Un día de licencia para vislumbrar unidos el justo pago por los esfuerzos realizados.
¿Será el final del camino alguna vez? ¿Dónde están todos los que faltan? «... enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo no era...» Corren tiempos de
incertidumbre. El joven ve que su tesoro se desvanece y todavía sus manos continúan ociosas. El viejo ve acercarse insegura una vejez que creía merecida. Los que se alejan de la cuarentena
arropan en sus temores una inseguridad no deseada. Y los que más, pierden su mirada atormentada en el vacío de la inactividad más humillante. Para estos últimos, ¿qué es lo que pedimos? ¿Qué
es lo que les ofrecemos? ¿Qué es lo que estamos dispuestos a aportar de nosotros mismos? «... después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy
sindicalista...» Es el principio de un siglo en donde está cabiendo todo. Desde el florecimiento optimista hasta la decadencia de la imaginación. ¡Qué fácil resulta acomodarse; ¡aceptar,
desde la seguridad de quienes tienen el trabajo asegurado, que el trabajo ya no es para todos! Los que vienen hoy aquí se resisten, niegan una y otra vez un planteamiento cada vez más
extendido. Gritan que no, que su derecho no puede limitarse por la inoperancia de unos pocos que no saben de necesidades, de angustias, de llantos inesperados. «...luego apresaron a unos
curas, pero como yo no soy religioso tampoco me importó...» Cuando lleguen traerán a cuestas su penosidad y su incomprensión. Sus esfuerzos y sus esperanzas. Sus anhelos angustiosos y sus
desengaños por lo que nunca fue como se deseó. Pero a pesar de ello mirarán a los demás. Descubrirán en esos rostros angustias reconocibles, deseos frustrados por estrenar sus esfuerzos y
sus iniciativas en trabajos para los que valen, para los que dedicarán todas sus atenciones y sus responsabilidades. Únicamente a falta de la oportunidad que nunca llega. Verán que son
muchos quienes todavía no han cruzado la otra orilla, quienes aún desean ansiosos servir para algo más que para la espera. Quienes tienen paralizada la vida por culpa de esa circunstancia
que no les pertenece. «... ahora me llevan a mí, pero ya es tarde» Y llegarán también quienes sufren en sus carnes la dictadura y la tiranía, «la guerra, grave herida infligida a la familia
humana», como decía el Papa Francisco. La violencia sin fin, el desprecio de la libertad humana, el rechazo a los niños, jóvenes y ancianos que les tocó en la lotería de la vida nacer en
Gaza, en Ucrania, y también en Sudán, Siria y Yemen. La violencia sin fin de viejos-locos que mandan a los jóvenes-cuerdos a la muerte, tiranos trajeados con pavor a la diferencia, a la
tolerancia, a la compasión y a la solidaridad. Tiranos cuyo nombre no merece la pena ni escribir. Tiranos que se han subido al albur de esta ola asesina y reaccionaria ante la que no valen
indiferencias. Son muchos los que llegarán en este día. Pero también son demasiados los que se retraen en su pasividad, en su indiferencia humanamente egoísta a veces. Ausentes en sus
temporales olvidos de lo ajeno. ¡Qué poco trabajo costaría lograr lo deseable si estuviésemos hoy todos y cada uno de nosotros! Juntos, más que nunca, para reclamar trabajo para todos,
libertad a quien se la han arrebatado. Juntos más que nunca, antes de que sea también para nosotros... demasiado tarde.