
El toque de oro de Oscar De La Hoya
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Después de terminar su carrera como boxeador Oscar De La Hoya se dedicó a promover nuevos pugilistas, y a ayudar a su comunidad por medio de centros hospitalarios y una escuela. Golden Boy
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Desde que era niño, Oscar De La Hoya soñó en grande: ser el mejor boxeador del mundo. Esos sueños, acompañados de dedicación, empeño y disciplina, lo llevaron a una de las carreras más
ilustres del boxeo. Además de ganar 10 títulos mundiales e internacionales en seis diferentes categorías, el atleta hizo un poco de todo durante su trayectoria: desde lanzar un disco de
música pop latina —en memoria a su madre, Cecilia, que fue cantante profesional— y ser nominado a un Grammy en el 2000, a escribir Super Oscar, un libro infantil bilingüe, y su
autobiografía, Un sueño americano: Mi historia. Sin embargo, su madre, quien lo apoyó y alentó siempre, falleció de cáncer sin ver a su hijo triunfar.
Para cumplir con la última promesa que le hizo a su madre, De La Hoya estableció la fundación Oscar De La Hoya, mediante la cual financia centros de salud y educación. Y mientras aún estaba
en la cima del deporte que lo hizo famoso, inició su compañía de promoción de boxeo, Golden Boy Promotions, consciente que tenía que seguir su crecimiento fuera del cuadrilátero.
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Casado desde el 2001 con la cantante puertorriqueña Millie Corretjer, De La Hoya cuenta cómo ahora se dedica a ser padre, empresario y filántropo, y por qué, aunque ya no boxea, sigue siendo
un luchador.
Hace nueve años que te retiraste del boxeo. ¿Lo extrañas?
Todos los días de mi vida lo extraño. La verdad es que este deporte me dio tantas lindas memorias. Me dio todo lo que tengo en mi vida: mi familia, mi compañía Golden Boy Promotions. La
disciplina, la dedicación que tengo hacia mi trabajo, hacia mi familia, hacia todo, es por el boxeo. Todos los días me levanto por la mañana pensando que quizás pueda pelear en el
cuadrilátero una vez más. En mi mente y mi corazón sé que ya será imposible. Pero el boxeo va a estar en mi corazón el resto de mi vida.
Cecilia De La Hoya González nunca lo vio triunfar, pero su memoria inspira la labor filantrópica de su hijo Oscar. Golden Boy Promotions