5 cosas que debes saber antes de comenzar a hacer ejercicios oculares

5 cosas que debes saber antes de comenzar a hacer ejercicios oculares


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Tal vez hayas visto publicaciones en las redes sociales, aplicaciones para teléfonos inteligentes o anuncios que promueven los ejercicios de la vista como una manera de aliviar la fatiga


ocular, mejorar la visión o desvanecer las arrugas. Algunos incluso prometen eliminar la necesidad de usar anteojos o lentes de contactos.


Si bien hay algunos ejercicios oculares que pueden ser beneficiosos, los expertos dicen que es importante saber que no hay evidencia científica que demuestre que un régimen de ejercicios


oculares pueda “corregir” la vista.


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“No existe ninguna evidencia científica que demuestre que los recursos de autoayuda que puedes encontrar en internet sean eficaces”, dice Ron Benner, presidente de la Asociación Americana de


Optometría y optometrista en Laurel, Montana. “Debes diferenciarlos de la terapia de la vista prescrita por tu médico”. 


La terapia de la vista es un tipo específico de programa que los médicos pueden recetar para ayudar con ciertos problemas oculares, pero esos trastornos afectan principalmente a los


pacientes más jóvenes, señala Benner.


Estas son cinco cosas más que debes saber antes de comenzar a hacer ejercicios oculares:

1. Los ejercicios oculares no corrigen la mayoría de los problemas de la visión


Si bien es poco probable que los ejercicios oculares causen daño, tampoco hay pruebas de que los ejercicios o el entrenamiento de la vista puedan mejorar la visión, dice la Academia


Americana de Oftalmología.


Los problemas que requieren lentes correctivos como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo son causados por la estructura o la forma del ojo —no por la debilidad muscular—, por lo que


es poco probable que los ejercicios tengan algún beneficio, dice Benner.


Los ejercicios tampoco te ayudarán a dejar de usar los anteojos para leer. La presbicia, la enfermedad que dificulta concentrarse en objetos cercanos a medida que envejeces, ocurre cuando el


cristalino se engrosa con la edad y se vuelve más rígido.  Fortalecer los músculos oculares no mejorará la flexibilidad del cristalino, explica Benner.


Otras enfermedades que afectan la visión, incluidas las cataratas y la degeneración macular, tampoco pueden tratarse con ejercicios, dice.


 “En realidad no hay ejercicios para ayudar con los problemas de la vista que tienden a presentarse cuando envejecemos”, dice Benner.