Lisa ling explora el 'costo del cuidado' en el nuevo especial de 'cbs mornings'

Lisa ling explora el 'costo del cuidado' en el nuevo especial de 'cbs mornings'


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Hay una crisis en Estados Unidos y Lisa Ling quiere dar la voz de alarma. La periodista y colaboradora de CBS News, de 50 años, es una de los 80 millones de cuidadores de la generación


sándwich en el país, quienes ayudan y apoyan a sus padres mientras crían a sus hijos, en su caso dos niñas de 11 y 7 años. El "divertido y extrovertido" padre de Ling falleció en


noviembre tras muchos años de apoyo y cuidados en persona y a distancia. Después de eso, sin tomarse un descanso, ella y su esposo Paul Song, de 58 años, oncólogo y director ejecutivo de


NKGen Biotech, empezaron a cuidar de la madre de él, que vive cerca. El trabajo y las preocupaciones son incesantes. Y, como ha descubierto Ling, el sistema de cuidados en Estados Unidos


está roto. El costo del cuidado está por las nubes, lo que obliga a los hijos adultos a pagar de su bolsillo solo para cubrir los cuidados básicos de sus padres; los centros de cuidados a


largo plazo tienen un número peligrosamente bajo de personal; los trabajadores de atención directa están infravalorados y muy mal pagados; y con una sociedad que envejece, se espera que esta


situación llegue a un punto crítico. Esta semana, del 24 al 26 de abril, Ling analiza la situación de los cuidadores en Estados Unidos en un especial de tres capítulos en _CBS Mornings_.


Ling habla con cuidadores familiares y auxiliares que luchan por proporcionar cuidados emocionales, físicos y a veces económicos a personas mayores. Getty Images HÁBLAME DE TU EXPERIENCIA


COMO CUIDADORA DE TU PADRE. LISA LING: Bueno, mi padre se mudó a Los Ángeles durante un tiempo y estuvo viviendo conmigo hasta que su estado empeoró... Vivía en un centro, pero echaba de


menos a sus amigos. Y aunque tenía algún tipo de problema cognitivo, no era una demencia grave. Se volvió a mudar a Sacramento, donde le encontramos un lugar y vivió allí mucho tiempo. Lo


pagaba con su pensión, suplementada con los ahorros de toda su vida. Pero [en los últimos] tres años de su vida, tuvo que ser trasladado a un centro de cuidados para la memoria... Y entonces


se caía una y otra vez. No solo tenía síndrome vespertino, sino también el síndrome de cuerpo inquieto, que literalmente le impedía descansar acostado en una cama más de 10 minutos. Y en


eso se convirtió su vida durante los últimos tres años; fue una verdadera tortura. El pasado noviembre, se cayó varias veces a la semana y terminó en la sala de emergencias, y [después]


falleció.