
Conflictos familiares: el cuidador primario suele terminar enfrentado con sus hermanos
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Los resentimientos y las rivalidades del pasado son difíciles de erradicar, en especial en las relaciones entre hermanos, y las situaciones relacionadas con el cuido de un ser querido pueden
reavivarlos.
Esto es especialmente cierto si un hijo adulto se encarga de la mayor parte de las tareas del cuidado con poca ayuda de sus hermanos, o si una persona asume los gastos médicos o del cuidado
remunerado. En otros casos, se pueden presentar luchas de poder entre los hermanos mayores y menores que creen saber lo que es mejor para mamá o papá, y desean controlar la toma de
decisiones sobre su cuidado.
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Para complicar aún más las cosas, “los padres suelen preferir que cierto hijo sea su cuidador primario, lo que puede reavivar resentimientos con los hermanos”, dice Barry J. Jacobs,
psicólogo clínico, consultor de atención médica y experto en cuidados de AARP.
“La forma en que se comporten mutuamente puede afectar las relaciones entre hermanos por el resto de la vida”, observa. “Cuando aúnan esfuerzos y trabajan juntos, eso puede fortalecer la
relación; cuando no lo hacen, puede debilitarla”.
A continuación se presentan estrategias sensatas que pueden ayudarte a transitar los posibles campos minados con tus hermanos:
1. Logra un consensoPrograma una reunión con tus hermanos, ya sea en persona o por teleconferencia, para “hablar sobre la situación de tu padre o tu madre, sus necesidades de atención, y lo que puede suceder en
el futuro”, sugiere Jacobs.
Una vez lleguen a un acuerdo general, prepara un plan de atención en el que se incluya quién desempeñará cada función. Alguien hará la mayor parte del trabajo; otros ofrecerán apoyo o
cuidados de relevo.
Al menos cada trimestre, reevalúa lo que está sucediendo con tu ser querido y cómo cambian sus necesidades. Rectifica el plan según sea necesario.