
Galletas crujientes de jengibre
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In English | Mi esposo, David, es puro escandinavo: su difunta mamá era noruega, su papá es sueco. Toda su vida, su mamá preparó todos los dulces favoritos tradicionales de su patria natal
—pan de melaza, galletas, panes dulces y kringla—. Estas golosinas, que ellos denominaron "algo para la mano izquierda", acompañaban las muchas tazas de café y conversaciones que disfrutaban
tener sentados alrededor de la mesa de la cocina.
A David y a mí nos encanta el café también, pero tenemos otro ritual. Dos veces al día —temprano por las mañanas y de nuevo por las tardes— tomamos tiempo para prepararnos una taza de té.
Con la taza de las mañanas disfrutamos un poco de fruta, pero por las tardes, nos gusta tomarnos el té con una "cosita para la mano izquierda". Esta semana he elaborado una golosina que sé
que mi suegra hubiera apreciado: galletas de jengibre, densas y crujientes.
Coloca la rejilla del horno en la posición del medio o un poco más baja y calienta el horno a 350°F.
En un tazón mediano, bate con un batidor de alambre la harina, el bicarbonato de soda, la sal, el jengibre y los clavos; reserva.
En un tazón grande, bate con un batidor de alambre el aceite, la mantequilla y el azúcar hasta lograr una mezcla sin grumos. Agrega la melaza y bate, luego agrega el huevo y vuelve a batir;
vierte la mezcla sobre los ingredientes secos e incorpora.
Forma porciones de 2 cucharadas con la masa y reboza cada galleta en un poquito más de azúcar, si así deseas. Coloca las galletas a unas 2 1/2 pulgadas de distancia de cada una. (Calcula
unas 8 galletas por bandeja para hornear de 18 por 12 pulgadas).
Hornea hasta que se hinchen un poco, se doren por los bordes y comiencen a crujir, unos 10 minutos. Retira del horno y deja reposar en la bandeja para hornear para que se cuajen ligeramente,
un par de minutos, y luego traslada las galletas a una rejilla de alambre para que se enfríen por completo. Una vez frescas las galletas se pueden conservar en un recipiente hermético por
hasta una semana.
Pam Anderson es autora de un libro de cocina con gran éxito de ventas, popular colaboradora del blog threemanycooks.com y experta en gastronomía de AARP, donde escribe dos veces por mes.
Somos una asociación no partidista, sin fines de lucro, que ayuda a las personas mayores de 50 años a mejorar la calidad de sus vidas.
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