A brau le faltan 'piernas' aún | ideal

A brau le faltan 'piernas' aún | ideal

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Perseguir a Antoñito Cordero por La Rosaleda terminó fundiendo antes de tiempo a Miguel Ángel Brau. El lateral izquierdo recuperó la titularidad casi tres meses ... después por la nueva


lesión del capitán Carlos Neva pero sufrió como el que más durante la catastrófica primera parte del Granada en Málaga. No pudo disfrutar nada del derbi, ni tan siquiera recuperar


sensaciones con balón, y evidenció que todavía necesita tiempo y kilómetros para recuperar las 'piernas' de las que podía presumir antes de quedarse KO. Ya en el banquillo por la


visita a su Cartagena natal después de nueve jornadas en el dique seco, a Brau le vino bien el segundo tiempo que disputó al completo contra el Elche pero ni contra el líder tuvo tanto


trabajo como en La Rosaleda, sobre todo hasta el descanso. El exrecreativista hizo lo que pudo sin dar pie con bola, como la mayoría de sus compañeros. En nada recordó al poderoso futbolista


que se adueñara del carril con apenas un partido de descanso en los 21 encuentros previos al percance que sufrió. Principalmente, por la falta de control del juego de su equipo al no


mantener apenas posesiones que le permitieran pasar del centro del campo. Brau ganó el primer pulso que mantuvo con Antoñito, pero a esa pugna le fueron siguiendo otras hasta no dar abasto


con la escasa ayuda que Abde Rebbach le ofrecía. De su marca, curiosamente, ya se filtró que firmará por el Newcastle al declinar la renovación con el Málaga en su día para reproche de la


afición; lo que haga el granadinista está aún por ver, pero también le pretenden en Inglaterra, aunque en la Championship en su caso. En Málaga, por momentos pareció resignado a desviar a


saque de esquina sus centros desde la mismísima línea de fondo, también preocupado por tapar la espalda de Loïc Williams las veces que Chupete sacaba al central a bailar lejos del área, con


Larrubia como amenaza mientras volvía loco a Sergio Ruiz. Brau intentó tirar de los suyos con arranques de orgullo a la vuelta del intermedio, ante la leve mejoría de su equipo incluso con


balón pese al sacrificio de Martin Hongla por Borja Bastón, yendo a por cada balón muerto para reanudar el juego lo antes posible. En uno de sus duelos con Antoñito sacó el brazo de paseo


hasta su cara, llevándose una tarjeta amarilla por castigo después de sufrir él otro impacto similar sin castigo. Sin embargo, tampoco terminaba de atinar con el balón. Si Rebbach se la


pedía atrás, se la daba hacia delante, y viceversa. Ni tan siquiera el dominio aparente del Granada durante el segundo tiempo permitió a Brau desplegarse por banda izquierda. El cartagenero


pareció falto de rodaje aún, como si su temporada hubiera empezado de cero tras la lesión. Fue esa una de las razones que empujaron a Escribá a repensar su sistema y terminar con Giorgi


Tsitaishvili como carrilero zurdo con tres centrales atrás y Reinier de mediapunta, sin minutos para Sergio Rodelas. Y lo cierto es que hasta el georgiano afiló más ese costado así, con una


buena carrera hacia el área que desvió un contrario a saque de esquina ya cerca de Alfonso Herrero y un centro fantástico que Ricard Sánchez malogró. Los esfuerzos rojiblancos por empatar


ofrecieron un par de ocasiones propicias a Bastón, con el Málaga precisamente en su larga lista de exequipos, pero el veterano delantero no encontró redención alguna. Tampoco le ayudó mucho


como revulsivo Reinier, cuya participación fue poco más allá de intentar sin éxito un pase con el hombro. Pocos argumentos más cabían, pese al empeño de Manu Trigueros por aportar algo de


luz.