La recóndita playa granadina del ruso, al desnudo | ideal

La recóndita playa granadina del ruso, al desnudo | ideal

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Un continuo goteo de agua dulce cae entre los travertinos que genera en oquedades de uno de los acantilados más cortados e inexpugnables del litoral ... granadino. Es agua que tiñe las rocas


de amarillo ferroso y crea pequeñas pozas que miran al mar entre cañaverales. Es uno de los rincones que esconde la cala conocida como playa del Ruso, junto a La Rábita, en el municipio de


Albuñol, que desde ahora se convierte en la nueva joya de la costa oriental, un paraje paradisíaco para quienes buscan tranquilidad y espacio natural alejados de la masificación que acompaña


el buen tiempo en la playa. Esta cala, a la que solo se podía llegar a través de una sinuosa y peligrosa senda entre pizarras o en barco, cuenta con un nuevo sendero construido siguiendo la


antigua vereda, dotado de barandas de madera, rellanos convertidos en miradores, bancos y espacios en los que se han respetado las surgencias de agua, para terminar en la arena de una playa


de aguas cristalinas. El sendero ha sido construido en su totalidad con fondos municipales y personal contratado por el Ayuntamiento de Albuñol. «Era una de las grandes apuestas que


queríamos hacer realidad para poner en valor la belleza y posibilidades de esta pequeña pero impresionante playa cargada de historia», afirma la alcaldesa pedánea de La Rábita, Rosi Montes,


que ha supervisado día a día las obras que se han llevado a cabo. «Ha sido una apuesta personal que recogía la demanda de muchos visitantes y vecinos del pueblo», afirma. Esta cala está


considerada como uno de los parajes naturales con mayor valor ecológico, ya que posee una rica vegetación rupícola costera autóctona, en la que es posible contemplar poblaciones de margarita


marítima, lavandas llamadas alhucemillas, perejil marítimo y adormidera marina, que crecen en los roquedos junto al sendero, aporta un aliciente muy especial para los amantes del


ecoturismo, que se encuentran con higueras encaramadas en las pizarras y culandrillos de pozo en las oquedades de agua rezumante. Una singularidad que se ha tenido en cuenta y el


Ayuntamiento quiere complementar con la plantación de otras especies también autóctonas de ecosistemas de rocas verticales y ramblas. Conocida ancestralmente como Lance Nuevo, pasó a


denominarse playa del Ruso, en alusión a un marino militar, contramaestre voluntario llegado de Rusia en 1932, llamado Basilio Lukianov (1902-1972), que se instaló en esta playa y vivió 40


años en ella como un anacoreta. Para su sustento se dedicaba a la pesca y a ayudar a los vecinos, agricultores y pescadores, de La Rábita. Un hombre especialmente querido que aún es


recordado por muchos de los habitantes de este pueblo, que le conocieron cuando aún eran niños. La inauguración de este sendero quiere hacerse el día 7 de junio para coincidir con el


cumpleaños de este singular vecino de La Rábita, fallecido a los 70 años y que ahora cumpliría 123. Hasta ahora, la playa se había considerado como una cala nudista, ya que la dificultad de


acceso facilitaba la práctica del nudismo, una cualidad que tendrá que extenderse a su uso general, que se verá favorecido por la existencia del nuevo sendero que se considera apto y seguro


para todo aquel que pueda bajar y subir una pronunciada pendiente, que se salva con zonas escalonadas y con rampas, protegida por vallas en todo su recorrido. Pero el nuevo sendero, a pesar


de que no ha sido inaugurado, ya ha sufrido actos vandálicos y robo de infraestructuras. A los pocos días de plantarse una zona con especies ornamentales, la mayoría de los plantones fueron


robados; unos días más tarde, al terminarse el vallado, se produjo el corte y robo de maderas de las vallas. «En varias ocasiones han robado las plantas nada más colocarse, por lo que


apelamos al civismo de todos y a cuidar algo que es para el bien del pueblo y su desarrollo», indica Rosi Montes. Entre La Rábita, El Pozuelo y Castillo de Huarea, la linde con la provincia


de Almería, discurre una parte de la senda litoral de la provincia de Granada. Un paseo entre palmeras y la extensión arenosa del delta de Albuñol, recuperado a los invernaderos hace unos


años, en el que en estos días se instalan farolas y merenderos, creando un paseo que une las playas de los tres núcleos de población. Los vecinos esperan que el Gobierno cumpla la promesa de


construir, el año próximo, un puente que salve la rambla de Albuñol y conecte La Rábita con el Pozuelo y ofrezca continuidad al paseo litoral.